El soborno tenía como objetivo aprovechar la información confidencial a la que Al Yousef tuvo acceso durante su anterior mandato en el cargo. Contó con la ayuda del residente yemení Amnah Mohammed Ali Abdullah, quien afirmó falsamente ocupar un cargo en el gobierno y ser miembro de una familia gobernante de un Estado del Golfo. Abdullah también falsificó una carta que supuestamente incluía una orden real para engañar aún más al empresario. Además de este plan, Al Yousef, Abdullah, el residente sirio Mohammed Saleem Atfah y el residente sudanés Adel Najm Aldeen cobraron 80 millones de riales sauditas a los ciudadanos con el pretexto de invertir en proyectos estatales. Se apropiaron indebidamente de los fondos para comprar bienes inmuebles tanto dentro como fuera del Reino y adquirieron objetos valiosos, que luego fueron sacados de contrabando del país. Todos los individuos involucrados han sido arrestados y actualmente se están llevando a cabo procedimientos legales. Nazaha ha reafirmado su compromiso de combatir la corrupción, enfatizando su postura de tolerancia cero hacia la explotación de cargos públicos para beneficio personal y su determinación de defender la integridad del servicio público.